Eterno Retorno

Pintura, óleo sobre objetos
Año 2012

“cuántas cosas,
láminas, umbrales,
atlas, copas, clavos, nos sirven como tácitos esclavos,
ciegas y extrañamente sigilosas! Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido”
(Jorge Luis Borges, “Las cosas”)

Los objetos que no queremos soltar porque siempre estuvieron allí, nos pertenecen, toman identidad como memoria, significan como el vestigio de la vida que fue, del tiempo que pasa, muestran una geografía detallada de lo que hemos sido.

Si reuniésemos todas nuestras pertenencias, convocando con su silencio los miles de seres que habitamos en ellos a lo largo de los años, tendríamos al final una radiografía detallada de su usufructo.
Lo que hemos usado ya no sirve para nadie, pero queda su huella para señalar el camino andado, para construir un vínculo conmemorativo contra el olvido.

Permanecemos en los objetos que fuimos. Somos, sin poder evitarlo, aquello que tuvimos.